La importancia de descansar y establecer límites como animador sociocultural autónomo

En los últimos meses he dado unos cursos sobre gestión del estrés y el autocuidado. Además vengo de una semana de vacaciones muy contento y con bastantes ideas en la cabeza.

El descanso es algo esencial para mi. Como lo es disfrutar del tiempo libre con la gente que te hace feliz, o solo. Hacer cosas por placer. En fin, vivir.

Disfruto de mi trabajo, pero ese eso, trabajo. Fíjate si es jodido que te tienen que pagar por hacerlo… ;O) Si añadimos que soy animador (mundo social, todo por la causa, horarios raros) y autónomo (no saber cuando vas a cobrar, cuando saldrá trabajo…) es fácil olvidarse de descansar. Por suerte yo esa etapa ya la pasé, y soy bastante regio con mi vida laboral. 

Es común caer en la trampa de pensar que, como autónomos, debemos estar disponibles en todo momento. La flexibilidad de ser “nuestro propio jefe” puede convertirse fácilmente en una losa que nos lleva a aceptar trabajo sin tener en cuenta nuestras necesidades.

“El tiempo es oro” NO, el tiempo es vida. Y descansar no es un lujo, es una necesidad. Debemos establecer límites claros en nuestra vida profesional como un acto de autocuidado.

 

 

¿Por qué el descanso es esencial?

Recargar la creatividad: La ASC requiere energía. Si estamos agotados, nuestra creatividad disminuye, y las ideas o aportaciones pueden verse afectadas. De manera que “esas cosas tan chulas” que hacemos para clientes y comunidades se ven afectadas. El descanso nos permite recargar y volver a los proyectos con una perspectiva renovada.

Evitar el agotamiento: Perder la motivación o sentirnos desbordados no solo afecta nuestra calidad de vida, sino también la calidad del servicio que ofrecemos.

Preservar la salud: Pasar largas horas trabajando puede causar problemas de salud como fatiga crónica, insomnio o ansiedad. Incorporar descansos y priorizar el tiempo personal es clave para mantenernos en forma y cuidar de nuestras emociones.

 

La importancia de establecer límites

Decir «no» puede ser difícil, especialmente cuando queremos asegurar una fuente constante de ingresos (ay esa manía de comer y pagar facturas…). Sin embargo, establecer límites claros es básico para mantener una relación sana con el trabajo (ya que vamos a tener una relación muy larga, viendo como va lo de jubilarse jajaja).

Algunas ideas para lograrlo:

  • Definir el horario laboral: Aunque trabaje de manera autónoma, establezco horarios específicos para trabajar. Esto me ayuda a organizarme mejor. Si que es cierto que también soy flexible y si tengo que moverlo porque el proyecto lo pide, lo hago.
  • Compensa las horas de más: Si he trabajado un domingo, procuro no trabajar el lunes.
  • Priorizar tareas y proyectos: Debemos tener claro cuáles son las actividades más importantes y saber posponer las menos urgentes. Priorizar no significa renunciar, sino optimizar.
  • Comunica tus límites: De precio, de plazos, de condiciones. Desde el principio. Y si puede quedar constancia por escrito mejor (hay personas con mala memoria) Es bueno hacer didáctica a la gente que nos contrata sobre lo que podemos / queremos asumir y lo que no.
  • Dolce far niente: Es una expresión italiana que se traduce como «la dulzura de no hacer nada». Más allá de su significado literal, esta frase encapsula una filosofía de vida que valora los momentos de pausa, contemplación y disfrute del simple acto de existir sin la presión de la productividad. Es una invitación a desacelerar y reconectar con uno mismo. En un mundo que celebra la hiperproductividad viene bien recordar lo que ye folgar (es descansar).

En fin, esta es mi opinión, basada en teorías y autores/as que saben más que yo pero la comparto con mi particular visión. No sé si puede servirle a alguien (además de a mi mismo) pero llevaba rondándome tiempo por la cabeza y así ha salido.

Y ahora, voy a apurar otro café, que toca volver a la rutina, por suerte hoy solo trabajo un par de horas (hay que volver sin forzar…)

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