Opinión en base a un artículo publicado el pasado abril en un periódico local sobre una plataforma en contra al nuevo albergue municipal de la ciudad de Gijón
Noticia del Sábado 24 de Abril de 2010 en un periódico local: “Cientos de personas protestan contra el nuevo albergue de Gijón.” Esta gente protestando por la ubicación del nuevo Albergue de Gijón, forman parte de una plataforma que como rezan en su espacio web, nace para proteger los derechos de los menores y crear un foro de debate sobre el futuro emplazamiento del mencionado recurso municipal.
Su página web de hecho es muy completa. Comenta las noticias, tiene enlace para quejarse por vía telemática al Ayuntamiento de Gijón, al Defensor del Pueblo, Procuradora General Asturias, y al Defensor del Pueblo Europeo.
Hasta aquí bien, todos tenemos derecho a protestar y manifestarnos, pero lo que da miedo son los argumentos que tienen para decir NO al Albergue:
«Tenemos a nuestros hijos estudiando aquí y no creo que sea la zona más idónea para un macrocentro social. No me apetece llevarlos al colegio y que alguien los moleste pidiendo dinero» «No nos va a quedar otra opción que cambiar a los niños de colegio».
Es bien sabido por todos que los sin techo y toxicómanos producen una espora que se expande por el aire, y es nociva (no sabemos a que nivel) pero en los menores es mucho peor.
«No hay derecho a concentrar a toda esta gente en el mismo sitio» «El Ayuntamiento debería ubicarlo fuera de la ciudad y poner autobuses para los usuarios»
Claro, todo el mundo debe estar bien atendido, todo el mundo debe tener un recurso al que acceder, pero no lo quiero cerca de mi casa, mejor los mandamos fuera de la ciudad, total….. o quizás los podríamos mandar a Molocai, ya mandamos a gente allí en el pasado.
Me indigna que la gente se base en argumentos tan pobres y desalmados, amén de escudarse en los derechos de los menores, para rechazar el emplazamiento de este recurso, que exisitiendo ya, solo se trata de mejorarlo y ofrecer un mejor servicio a sus usuarios y usuarias, o vecinos y vecinas de nuestra ciudad, ya que aunque no paguen comunidad de vecinos, viven en esta Villa marinera. Ole nuestra soliaridad, que no caridad.