Se entiende por acceso a la cultura a la posibilidad efectiva que tiene los y las habitantes de un país, para informarse, conocer y disfrutar libremente de las obras y bienes culturales existentes y disponibles en su comunidad nacional, regional o local.
Esta expresión fue puesta en circulación internacional a partir de la Conferencia General de la UNESCO (19ª Reunión de Nairobi, 1976), para diferenciarla de la práctica tendiente a lograr la «participación en la vida cultural».