El verano ya ha acabado, el calendario escolar ya colgado en la pared y la «vuelta al cole» (ya os contaré la mía más adelante). Así que algunxs con energías renovadas y algunxs de depresión postvacacional (quien se las haya cogido en verano), como os comenté, nos mantenemos por el mediterráneo para conocer a la 9ª animadora.
Ella es del bloque de «no en persona», ya que la conocía través de las redes (y con esta cabeza mía no sé en cual), y nos seguimos, comentamos, retuiteamos, damos like; según la red en turno, pero siempre por algo interesante de lo yo creo que ella hace y viceversa. De ella destacar sus formaciones en materia de tiempo libre, sus colaboraciones en la radio hablando sobre voluntariado (por ejemplo) o su faceta de emprendedora en el ámbito social y educativo.
Os dejo con…
Davinia de Ramón (Cuando contestó a la entrevista entre Picassent y Valencia, ahora mismo, entre el Cantón de Guachapala, Ecuador y Salta, Argentina)
Utópica por vocación, amante de Latinoamérica. Animadora Sociocultural y Educadora Social enganchada a las TIC.
La gran pregunta ¿Qué es para ti la Animación Sociocultural?
Ante todo, es una forma de vida, una manera de entender el mundo. Me cuesta pensarme sin una lucha en el horizonte. Sin una nueva utopía social para seguir formándome y trabajando desde una visión sociocomunitaria. Además, es una metodología que motiva a la acción, a la participación y a la transformación social, tiene como personas protagonistas a los/as actores sociales implicados en el proceso.
Y te dedicas a esto por qué…
Creo que han influido muchos factores en la decisión de tomar este camino, primero el vivir en un pueblo en el que nos criábamos en la calle desde muy pequeñas y cada día era una aventura, un nuevo proyecto y una nueva acción que necesitaban dinamización , segundo, el formar parte de un grupo Scout desde muy pequeña, tercero, el tener una familia muy grande y tener que mediar, dinamizar, facilitar… y por último el ponerme delante de un grupo por primera vez, sentir como mi piel se erizaba y no tener ninguna duda, yo quería sentirme así todos los días, no sabía muy bien cuál era el nombre de esa profesión pero sin ninguna duda era la mía.
En la actualidad, ¿trabajas en algo relacionado con la ASC?
En la actualidad soy Presidenta y formadora en Anaida. Iniciativas educativas, sociales e interculturales, una organización que junto a mi compañera Anna Rodriguez Casadevall estamos arrancando con mucha ilusión, y desde hace casi 10 años, compaginándolo con otros trabajos en el ámbito de la intervención social, soy docente en la Escuela de Animación, “Abast Animació”.
La ASC como ámbito profesional, ¿qué opinión tienes sobre ello?
Creo que es un ámbito que está en continua construcción, que necesita mucho más apoyo institucional y redes de conexión entre profesionales. Necesitamos definir parcelas de acción y una mayor visibilidad en la sociedad. Es complicado hacerse un espacio, pero todo es cuestión de lucha, formación y tenacidad. Como aprendí en el último congreso de Educación Social de Sevilla en palabras de Marchioni, “Si no hacemos política dejemos de lloriquear”, así que no nos queda otra que seguir haciendo política por ser un ámbito profesional reconocido y valorado.
¿Qué mejorarías de la formación que recibimos los animadores y las animadoras?
Por una parte, creo que nuestra formación necesita un mayor aterrizaje en las realidades en las que intervenimos, salir de los libros para mirar a los ojos a las personas con las que trabajamos o vamos a trabajar. Por otra, creo que necesitamos herramientas para ser capaces de realizar un análisis crítico de las prácticas a las que nos enfrentamos, y no solo hacerlo a nivel individual sino compartirlo de alguna manera con aquellas personas que tienen nuestra misma profesión. Necesitamos que nos formen Animadores/as Socioculturales, aprender de sus experiencias, de sus logro y equivocaciones y no personas que expliquen aquello que han aprendido en los libros.
Además, creo que es una tarea pendiente de los/as Animadores Socioculturales, escribir más, y dejar de seguir paradigmas hegemónicos escritos desde sillas que hace décadas que no se acercan a las realidades sociales. Necesitamos personas animadoras socioculturales que escriban, que investiguen, que se atrevan a dar el paso para que nadie venga a contarnos desde su pluma acartonada como debemos hacer nuestro trabajo.
La idea de estas entradas era visibilizar a otros animadores/as, algo que nos quieras contar…
Primero felicitarte por este trabajo, darte las gracias por dar visibilidad a aquellas personas que trabajamos en el campo de la Animación Sociocultural. Por estar siempre predispuesto a la ayuda y a echar una mano.
También quiero dar las gracias a Stefano Greppi, la persona que tomo esta foto en un curso de Formadores/as de Animadores que desde Abast Animació impartimos para el Consell de la Joventud de la Comunitat Valenciana.
Para concluir decir que el ser Animadora Sociocultural es una profesión que en muchas ocasiones no es agradecida a nivel laboral, no siempre es sencillo seguir por el camino elegido, incluso muchas veces es incomprensible para familiares y personas amigas, pero siempre merece la pena. Las transformaciones sociales son posibles siempre y cuando todas las personas nos impliquemos y en ello andamos.
¡¡Gracias!! A mi me ha encantado todo lo que nos cuenta esta animadora (de las todoterreno, como habréis visto) Espero que podamos colaborar en algo en el futuro ;O)
Parece ser que algo tiene el mediterráneo me ha enamorado porque el próximo mes seguimos con un animador que aunque duerme por allí, viaja más que Phileas Fogg.