Receta para preparar una sesión

Da igual que te plantees una acción formativa, una reunión dinamizada, un actividad de juegos o una presentación de un tema. La «sesión» ese tiempo que vas a pasar «haciendo algo» con otras personas, un grupo, tienes que prepararla. Así que os voy a dejar la receta que yo sigo para hacerlo.

Es una receta bien sencilla. Empecemos con los ingredientes que harán de tu sesión algo que dejará buen sabor de boca a tu grupo y a ti:

  • Tiempo
  • Metodología
  • Organización
  • Actitud

El cocinado es fácil, hay que mezclarlo todo y dejarlo reposar. El proceso en nuestro ámbito de trabajo, es fundamental.

 

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Ahora os cuento, con un poco de teoría y algo de opinión o anécdotas porque confío en esta receta.

Control del tiempo: Tener en cuenta el tiempo, supone tener en cuenta los ritmos de atención que generalmente son cortos. Realizar diferentes tareas o ejercicios y controlar los descansos, dificultan la evasión mental del grupo, mejorando el clima de trabajo y facilita el aprendizaje.

A las personas nos gusta saber cuánto tiempo nos va a llevar una cosa u otra. Es una cuestión de respeto, igual que pedimos puntualidad para asistir, tengamos puntualidad para respetar el descanso, el horario de salida; o para equilibrar las tareas. Por supuesto también tenemos que tener en cuenta el tiempo que tenemos para hacer «todo» lo que tengamos que hacer, no hay nada peor que dejar un ejercicio a medias por no calcular…

 

Diferentes tipos de metodología: Utilizar modos diferentes de presentar la información favorece su asimilación por los diferentes canales de percepción (videos, audios, dinámicas, trabajos en grupo, etc.) y por tanto su aprendizaje.

Puede haber sesiones más dinámicas que otras por supuesto, pero si que tenemos tratar de equilibrar para que en todas ellas debe haber algo que nos active, algo que nos ponga a trabajar y por supuesto un cierre o «vuelta a la calma»

 

Tareas planificadas y estructuradas: Para que lo anterior sea posible, la persona que dinamiza el grupo de aprendizaje, trabajo, etc. Tiene que planificar la sesión con anterioridad, anticipándose en lo posible a las dificultades que puedan surgir. De esta manera podrá proponer herramientas que le permitan a la persona o al grupo hacerles frente. Cada grupo es diferente, tiene su ritmo y lo que ha servido en uno, puede no tener ninguna utilidad en otro.

La primera vez que trabajé con un compañero que planificó el curso que teníamos que impartir con un «minutaje» de qué hacer en cada momento de la formación, me reía de él por el control excesivo del tiempo. Pero la verdad tengo que reconocer que desde entonces, si que preparo «minutajes» con la acción, el contenido y el tiempo que preveo dedicar en la sesión a cada aspecto. También habrá que tener en cuenta los «robatiempos» (nos vamos del tema, vueltas del descanso, interrupciones…)

Por otro lado, lo de que cada grupo es diferente, pude comprobarlo. Impartí la misma acción formativa en las mismas fechas, en dos ediciones (turno de mañana y turno de tarde). El grupo de mañana era más reflexivo y genera debates y puestas en común más dilatadas. El de tarde, era muy creativo y participativo, pero muy parco a la hora de valorar. Para trabajar las mismas sesiones, tuve que adaptar las técnicas y recursos utilizados para llegar a los mismos objetivos.

 

Dominio de la materia: Parece una tontería hablar de semejante evidencia, pero seguramente hemos tenido la desgracia de estar en sesiones, clases o cursos llevados a cabo por personas que ni sabían, ni tenían el mínimo interés por la materia que estaban dando. Si la persona que te enseña conoce bien lo que imparte, trasmite de alguna manera que es posible aprenderlo y que igual hasta merece la pena hacer el esfuerzo.

El PowerPoint puede ser un recurso, pero si tu manera de «formar» «informar» o «contar» es leerme lo que pone en una presentación… mándamela por correo y me la leo yo en casa. Si controlas el tema, puedes poner ejemplos, hacer referencias a otros temas relacionados, interconectar conocimientos. Y si no tienes idea, se nota. Yo tengo habilidades sociales y comunicativas que me favorecen como formador. Pero si intento impartir una sesión de algo que no domino, me lo vas a notar. ¿Solución? o formarte en el tema o llamar a alguien que controle de él.

 

Actitud positiva: Trasmitir pasión por el contenido y centrar la atención en los avances del grupo, favorece la motivación y disminuye el desánimo que aparece cuando la tarea se va complicando. Si se dosifica la complejidad de los contenidos y la dificultad aumenta cuando lo anterior está afianzado, es más fácil avanzar.

Pasión, ganas o «remangu» como decimos aquí en Asturias. Vale que impartir o dinamizar una sesión es trabajo, pero haz lo que te guste, o busca algo con lo que conectar. Eso favorecerá como te relacionas con el grupo. Atender a una persona que disfruta de lo que hace es un placer, en cambio presenciar a una persona que parece que cuenta los minutos para largarse de ahí, da pereza, mucha.

 

Y hasta aquí la receta. Como en cocina, seguro que cada persona le añade, quita o modifica algo para hacerlo «a su gusto» ;O)

 

Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción

Paulo Freire

2 comentarios en “Receta para preparar una sesión

  1. Mil gracias por tu fabulosa receta Pablo!!!
    Soy cocinera y desde hace dos años dinamizadora, tus publicaciones son una gran ayuda e inspiración para crear un buen menú en este fantástico mundo de la dinamización.

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    • Que buena combinación cocinera y dinamizadora, al final se parece, conseguir el equilibrio de ingredientes / personas para sacar una receta o proceso adelante. Me alegra que te resulte útil el blog. Un saludo

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