La Teoría de los tres círculos

En todo el proceso comunitario aparece básica la Teoría de los Tres Círculos que sistematiza, de manera concreta, el elemento de la participación. Este elemento puede ser resumido en que la participación no va relacionada con las personas, que pueden cambiar en el tiempo, sino con el proceso mismo. Es decir, la implicación de las personas a lo largo del tiempo va cambiando, pero este hecho no pone en peligro la continuidad del proceso.

Es una teoría que se deriva directamente de la práctica y de la realidad de las experiencias participativas y comunitarias y que puede ser explicada mediante los siguientes elementos:

Para que se inicie un proceso participativo, tiene que haber alguien que tome la iniciativa de ponerlo en marcha, de promoverlo. Este alguien – al que llamaremos Núcleo – tiene que garantizar la voluntad de llevar adelante la iniciativa y de asegurar el trabajo mínimo inicial para ponerla en marcha: Círculo nº 1 de los promotores de la iniciativa.

Sin embargo, por las características mismas de la iniciativa, el Núcleo tiene que dirigirse a mucha más gente, invitándola a participar. Frente a esta propuesta de participación sólo puede haber tres tipos de respuesta posibles:

a. Personas que comparten la iniciativa y la van a apoyar totalmente. De hecho, pueden formar parte del mismo Núcleo, es decir, del Círculo nº 1.

b. Personas que comparten la iniciativa pero que pueden participar en ella sólo de manera puntual, parcial, provisional, etc. (es decir, no de manera total). Todas estas personas van a formar parte del Círculo nº 2, es decir, el Círculo de las colaboraciones parciales. Si no hubiese Núcleo, su participación –puntual o parcial, etc.- no podría realizarse. Sin embargo, existiendo el Núcleo, su colaboración resulta muy importante, y de hecho permite el desarrollo del proceso.

c. Personas que no quieren o no pueden participar (los motivos no interesan). Constituyen el Círculo nº 3, al que llamaremos Círculo Informativo, ya que el Núcleo informará a estas personas durante todo el proceso, con la idea de que las situaciones cambian y personas, que han negado su participación en un momento inicial, pueden cambiar de opinión y pasar al Círculo nº 2 o, incluso, al mismo Núcleo.

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Naturalmente esto requiere que el Núcleo no se limite a una invitación e información iniciales, sino que las mantenga en el tiempo. En todo proceso participativo se puede participar en cualquier momento del mismo.

Todo esto nos hace comprender que:

Los tres círculos, en realidad son abiertos. Hay movimiento de entradas y salidas en ellos. Es decir: hay personas que empiezan en el Núcleo y luego, por diferentes motivos, pueden pasar al Círculo 2 o, incluso, al 3. Y viceversa.

El proceso necesita de un flujo informativo constante y con el mismo contenido para todo el mundo, para asegurar que los movimientos internos a los tres círculos no produzcan fallos en el proceso mismo, ya que personas escasamente informadas no podrían asegurar la correcta continuidad del proceso.

Esta teoría permite comprender que lo importante es la continuidad del proceso participativo, no la continuidad de las personas. Para ello hay que recordar que las situaciones –subjetivas y objetivas, internas y externas- cambian, y que este es un hecho natural, normal. Pero la metodología tiene que garantizar la continuidad del proceso más allá de las mismas personas. Incluso, desde un punto de vista de salud democrática, en general es bueno que haya un recambio de las personas, y que los cargos o papeles que cada uno puede cubrir en un determinado momento no se eternicen de manera vitalicia.

FUENTE: Fuster, J. B., & Romero, C. G. Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable.

Acabando el año. Currando «A mi maneeeraaaa…»

A punto de terminar el año laboral (aunque trabajo el mismo día 31) vamos a cerrar el segundo ejercicio completo como El Taller Animación Sociocultural, y vamos camino de cumplir los tres años desde arrancamos en agosto de 2020.

Los últimos años, antes de montar algo por mi cuenta, en estos días hacía un resumen de todo lo que había trabajado. Diferentes proyectos y múltiples contratos como muestra de la experiencia profesional que iba adquiriendo (y la inestabilidad de este sector).

Hoy por hoy me sería complicado hacer un resumen, ya que sigo involucrado en diferentes proyectos, de hecho, cuando la gente me pregunta por mi experiencia como autónomo o siendo «mi propio jefe» suelo contar que sigo haciendo lo mismo que antes, con la diferencia de no tener un proyecto principal, y que ahora en vez de nueve pagadores en un año, lo facturo.

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No voy a romantizar el hecho de ser autónomo (o emprendedor) ya que si el sector de la ASC es inestable como saltar de piedra en piedra en un río, añadiendo la variable autoempleo, es saltar esas piedras en zancos. Económicamente puede ser la etapa en que gano menos, aunque mas estable; pero, tengo libertad horaria y de METODOLOGÍA, y eso, a mi y en este momento de mi vida y circunstancias, me compensa.

Entendiendo metodología como definición de CÓMO hacemos lo QUÉ hacemos, mi resumen de este año, bueno de los últimos dos años y medio, mezclando maneras de proceder y aprendizajes, sería el siguiente:

  • No soy un profesional de «ir a lo seguro» la única vez que tome una decisión laboral más cómoda, ignorando mi forma de ser y actuar, fue una mierda… así que sin ser cabra loca, pero soy de «jugármela»
  • Animador es lo que me define y marca mi manera (metodología) de trabajar.
  • El Taller ASC, es una herramienta para desarrollar mi acción (animación sociocultural) y sostenerme (autoempleo)
  • El precio no es negociable. Si se puede adaptar, si quieres pagar menos, menos actividades o prestaciones tendrás.
  • La gente trabaja mejor cuando está «a gusto» (con el trato, con el sueldo, con los y las compis… ya que tenemos que trabajar, joder, que sea cómodo)
  • Trabajar lo justo y necesario (esto puede varias según el día o el proyecto, de 4 a 10 horas), pero es trabajar.
  • Si no sabes, paga una persona profesional que sepa (diseño gráfico, asesoría, loquesea…)
  • Cobra cuando el trabajo está realizado (esto decía mi abuelo…) que luego da pereza.
  • En aspectos legales, vete por el libro. Viene escrito y así tienes a que atenerte.
  • Si puede facilitar las cosas a las demás personas, hazlo.
  • Sumar, hacer red. Ver la posibilidad de aunar esfuerzos. «La competencia» está en tu cabeza. Hay hueco para todo.

Y seguramente algún aprendizaje o principio metodológico propio se me queda en el tintero, pero hay que seguir en la brecha, quedan pocos días del año y toca seguir currando, como diría Raphael (versionando el «My way» de Sinatra) A mi maneeeraaa…

De extra os dejo la canción, que es un temazo ;O)

Personas adultas y Participación infantil

Una de las principales claves para participar es que los niños y niñas conozcan que tienen derecho a participar (hay que INFORMAR), por lo que es importante promover acciones de sensibilización para que se conozca la Convención sobre los Derechos del Niño. 

 

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A participar se aprende, es un proceso de educación, que en la mayoría de los casos será dinamizado por personas adultas. Por eso me ha apetecido  escribir esta entrada, para dejar unas líneas que debemos tener en cuenta si queremos fomentar la Participación infantil.

El papel de las personas adultas en la participación infantil exige la aceptación de las capacidades de la infancia. y el respeto a sus opiniones, para lo cual es necesario:

  • Escuchar, crear espacios de consulta y diálogo.
  • Saber empatizar..
  • Respetar las dinámicas y procesos de cada grupo.
  • Vencer la desconfianza generacional.
  • Aprender que los niños y las niñas también pueden enseñar a las personas adultas.
  • Reforzar positivamente 
  • Servir como modelo de conducta: el monitorado debe tener una actuación coherente con los objetivos que se plantea conseguir con el grupo.

 

Hay veces que somos tan profesionales y adultos, que se nos olvida ;O)