Como animadores/as trabajamos con grupos, y muchas veces nos tocará llevar a cabo reuniones.
Aquí os dejo las funciones que tendremos «animando» reuniones:
Concretar el objetivo del trabajo del grupo
Facilitar los intercambios de pareceres (por medio de preguntas, sugerencias…)
Dar a los diferentes puntos de vista una misma oportunidad de ser considerados y examinados por el grupo
Mantener el orden durante el debate
Conceder con equidad la palabra a los diversos miembros del grupo
Reconducir al tema de debate a quienes se desvían de él
Aclarar el sentido de las diversas intervenciones, cuando éstas se prestan a confusión
Hacer de vez en cuando un balance (resumiendo) de lo que se ha dicho o hecho
Tratar de preservar al grupo de todo exceso de emotividad
Elaborar la síntesis de la reunión
Una pregunta que puede surgir en nuestra cabeza… ¿Podemos expresar nuestras propias opiniones?
Yo personalmente, si queremos fomentar la autonomía del grupo, digo que no.
Estamos para facilitar el que las demás personas expresen sus opiniones, no para dar el las nuestras. Si en un momento dado consideramos oportuno expresar su opinión, deberemos hacerlo con prudencia a fin de no “liar” al grupo.
Os comparto un extracto de un manual muy interesante que me he leído (os dejo la referencia abajo), sobre los errores que podemos cometer en los procesos participativos.
Los procesos participativos no son un fin en sí, deben ser utilizados en coherencia con los objetivos de desarrollo que se persiguen.
A continuación listamos algunos de los errores más comunes que pueden reducir su impacto positivo:
Improvisación: se falla en planificar el proceso y en explicarlo a la gente, y se “queda corto”; los métodos deben ser seleccionados en función de un objetivo claro
Superficialidad: se recolectan pocos datos, sin cruzar los métodos para profundizar y “triangular” las fuentes
Premura: se corre hacia las conclusiones, omitiendo de profundizar aspectos poco claros e inexplicados
Exclusión: se omite de integrar al proceso ciertos miembros de la comunidad, generalmente los más marginados
Imposición: se abandona la actitud facilitadora en algún momento del proceso y se imponen ideas, dejando de escuchar y aprender
Manipulación: el proceso participativo se lleva a cabo sólo para satisfacer las necesidades de los técnicos o de algunos líderes que manipulan el proceso para confortar “sus” propuestas
Falta de compromiso: se crea confusión si el proceso participativo no resulta de un compromiso inicial claro con la gente: objetivos, resultados esperados, devolución de los productos a la comunidad
Decepción: un proceso participativo despierta expectativas de la gente; si no se le da el seguimiento esperado, se habrá otra vez “extraído” información sin devolver nada, y la credibilidad del método mismo quedará afectada en la comunidad.
A continuación proponemos una lista de preguntas de referencia para saber cómo vamos en el proceso, que seguramente nos ayuden a prevenir los errores mencionados:
1. ¿Habrá otra forma mejor y más confiable de hacer lo que hacemos?
2. ¿La información que producimos es realmente útil y responde a los objetivos?
3. ¿La gente está participando lo suficiente? ¿Podríamos involucrar más gente?
4. ¿Tenemos bastantes puntos de vista diferentes sobre el problema?
5. ¿Estamos “triangulando” con varios métodos y fuentes antes de llegar a conclusiones?
6. ¿Nos estamos adaptando en la marcha, y aprendiendo cosas nuevas?
7. ¿Estamos usando todas las posibilidades de herramientas participativas?
8. ¿Estamos dedicando bastante tiempo a la gente?
9. ¿Estamos produciendo información en forma útil y comprensible para la gente?
10. ¿Hay sesgos en los resultados? ¿Es por la selección de participantes, o por el equipo facilitador?
11. ¿Estamos haciendo una evaluación del ejercicio con la gente?
12. ¿La gente está clara sobre el seguimiento a dar al ejercicio?
La definición en los manuales de dinámica de grupos, defino a los mismos como 3 o más personas. Aunque usualmente pedimos que haya un mínimo de 10 o 15 personas para poder «hacer grupo». Ya que cuando trabajamos con grupo, siempre es preferible que haya variedad de gente.
Lo ideal a la hora de tener un grupo para mí son 15 personas. Si faltan un par de ellas, todavía tienes para hacer subgrupos, te da más juego para las dinámicas… Pero hay ocasiones en las que por circunstancias, trabajamos con grupos pequeños.
Así que voy a tratar de reflejar cómo trabajar con esos grupos.
Funciones del animador/a
Deben ser parecidas a las de trabajar con cualquier otro grupo, pero prestando atención a unas causas concretas:
Capacidad de atención (el grupo es menor, las aportaciones son de suma importancia)
Equilibrio (en grupo pequeño hay que tener cuidado con los y las «protas»)
Presencia y calor humano (La falta de más personas debemos «llenarla» o mejor dicho hacer que no se note esas ausencias)
Activar al grupo a base de preguntas
No hay mejor manera de que el grupo se active, que hacer todo tipo de preguntas, que se genere conversación, movimiento, actividad.
La pregunta-test: Pregunta destinada a definir una palabra o una idea empleada por varias personas en sentidos distintos, para definir una palabra desconocida o complicada o también para aclarar un punto oscuro o no conocido por todos
La apelación directa a la participación: Pregunta dirigida a alguien que se mantiene en silencio, a fin de hacerle hablar
La devolución de la pregunta: Devolver la pregunta formulada a quien la ha formulado o a otro miembro del grupo , o a todo el grupo en general para que no se formulen siempre preguntas hacia el animador para saber qué es lo que únicamente piensa él.
Pregunta-Eco: Se devuelve la pregunta a quien la ha formulado
(ej. “María”: Hace un rato proponía Andrés algo acerca de xxxxx. Me gustaría saber qué piensa de ello el/la animador/a.
“El/la animador/a”: ¿y qué piensas tú de ello, María?)
Pregunta-Relevo: Se hace la pregunta a otro miembro del grupo
Pregunta-Espejo: Se remite la pregunta al grupo en general
La pausa aclaratoria: Se trata de hacer un alto para analizar lo que está ocurriendo, a nivel afectivo, entre los participantes. No debe realizarse en exceso.
También os dejo una tabla de algunas dificultades que pueden surgir den grupos pequeños, sacada del libro «¿Cómo animar a un Grupo?» A.Beauchamp, R.Graveline, C.Quiviger (Ed. SAL TERRAE, Col. “Proyecto”20)
También se propone qué objetivo tenemos como animadores/as frente a esas dificultades.
“Los cinco dedos separados son cinco unidades independientes. Ciérralos y el puño multiplica la fuerza. Ésta es la organización”