Y es que si hace unos meses, tenía una «depresión periodística» por la cantidad de malas noticias que circulaban y todavía circulan, siendo fiel a mi optimismo, y a mi buen humor, he de decir que todavía hay buena gente por el mundo.
Y es que el otro día, de camino a una entrevista de trabajo, el embrague del coche decidió morirse a dos kilómetros de lugar de destino, en la salida de una autopista. Y es que tuve la suerte de encontrarme a bastante buena gente:
- Un hombre, mecánico, que se paró, revisó mi coche y luego me acercó en el suyo hasta la entrevista, e incluso se ofreció a esperarme hasta que terminara la entrevista para llevarme a donde fuera.
- Un amigo que estaba para la misma entrevista que yo, que se fue a vigilar mi coche mientras yo esperaba mi turno, intentó ir a buscarme al finalizar mi entrevista y que luego me acompaño hasta que llegara la grúa (con risas incluidas)
- Una furgoneta que viéndome parado junto al coche, se pararon para ver si necesitaba algo.
- Y por último una chica a la que paré para que me dejara hace un llamada a mi amigo perdido (ya que él esperándome en la residencia, y yo volví hasta el coche por otra carretera), y que horas más tarde me llamó para ver si todo estaba bien.
Si en menos de 24 horas y en un cruce de caminos, he podio encontrarme tanta buena gente por el mundo… ¡HAY ESPERANZA!
Y como homenaje y muestra de que con pequeños «detalles» se pueden lograr cosas… os dejo este vídeo tan chulo 😉