El triángulo cognitivo es una herramienta usada en el tratamiento de la salud mental para identificar y cambiar pensamientos irracionales.
Muchos desórdenes de salud mental ocurren debido al desarrollo de pensamientos irracionales. La racionalidad del pensamiento influye particularmente en los trastornos de ansiedad, depresión y de personalidad. Muchos individuos que sufren de estos desórdenes quieren cambiar los sentimientos y comportamientos asociados con ellos (como el llanto, la tristeza y la preocupación) sin darse cuenta de que son sus propios pensamientos los que en realidad están detrás de dichos sentimientos y comportamientos.
Aprender a identificar pensamientos irracionales puede ayudar de manera significativa en el tratamiento de estos desórdenes.
Instrucciones
- Dibuja un triángulo. Etiqueta la parte interior del vértice superior con la palabra «Pensamiento». Moviéndote en el sentido de las manecillas del reloj, etiqueta el interior del siguiente vértice con la palabra «Sentimiento» y el interior del siguiente vértice con «Acciones/Comportamiento». Etiquetar la parte interior de cada vértice permite tener más espacio para escribir en el exterior del triángulo.
- Escribe un evento reciente, llamado «evento desencadenante», en una esquina de la página. Este debe ser un evento simple e inocuo. Un ejemplo es «Vi a un conocido en el supermercado y no me saludó».
- Escribe un pensamiento relacionado con el evento desencadenante por fuera del vértice del triángulo etiquetado como «Pensamiento». Escribe algo que verdaderamente creas que pudiste haber pensado en esa situación. Un ejemplo es «Probablemente no le agrado».
- Escribe un sentimiento relacionado con este pensamiento afuera del vértice etiquetado como «Sentimiento». Escribe algo que verdaderamente creas que pudiste sentir en base a ese pensamiento. Algunos ejemplos son «Decepción», «Enojo» o «Soledad».
- Escribe una acción o comportamiento relacionado al sentimiento afuera del vértice etiquetado como «Acciones/Comportamiento». Escribe algo que verdaderamente creas que pudiste hacer en base a dicho sentimiento. Algunos ejemplos son «Llorar», «Confrontarlo» o «Alejarte lentamente».
- Compara el pensamiento, sentimiento y acción/comportamiento presentados en tu triángulo cognitivo para el evento desencadenante. Continuando con nuestro ejemplo, pensar que no le agradas a alguien, sentirte decepcionado y llorar debido a que no te saludó quizá sean respuestas extremas al evento desencadenante y pueden ser indicadores de un pensamiento irracional.
- Borra el pensamiento ilógico. Cámbialo por uno que te dirija a un sentimiento más placentero y a un comportamiento más aceptable. Por ejemplo, los pensamientos lógicos a los que puedes cambiar son «Quizá no me vio» o «Quizá tenía prisa».
- Completa el triángulo cognitivo con el sentimiento y la acción/comportamiento que correspondan.
Fuente: eHow