Si me sigues por el blog o redes sociales, sabrás que este último año he vivido en Llanes y que he trabajado allí desde Octubre de 2015….
Corría el mes de septiembre de 2015, y trabajaba dando varios cursos de acompañante de transporte escolar y monitor/a de comedor escolar para Abierto Hasta el Amanecer, pero al acabar ese mes se acababan; y tenía previsto comenzar a impartir un Certificado de Profesionalidad con Dicampus.
Un amiga me reenvía una oferta de empleo de «Animador/a Sociocultural para Cruz Roja en Llanes». Así que decidí presentarme, aunque el lugar de trabajo se encontrara a casi 100 kilómetros de mi casa y solo fuera media jornada. Pero soy de apostar.
Y en ocasiones apuestas y ganas, vaya que si gané.
Pasé el proceso de selección para el puesto (Técnico de Cruz Roja Juventud para crear una delegación en Llanes de la sección juvenil) y me seleccionaron.
Así empezaron 6 meses de trabajo maravilloso, de ir y volver 3 por semana (siendo un día de ellos los sábados), complementado con el curso que impartía por las mañanas de lunes a viernes. Luego vino el poder quedarme un año como técnico de voluntariado, y decidí mudarme allí. Un año que ha terminado hoy con la entrega de las llaves del piso llanisco a la casera.
De trabajo hablo siempre, pero hoy toca hacer balance personal.
Realmente no he estado «fuera», venía a Gijón la mayoría de fines de semana (por eso las comillas), pero como ha sido un paréntesis en como vivía hasta ahora, en estos días de mudanza y vuelta a mi casa, me ha dado por pensar que me llevo de este año:
- Senderismo y playas (he hecho muchas rutas y visitado 18 de las 33 que tiene el concejo)
- El placer de haber podido ir caminando al trabajo.
- Vivir en una localidad más pequeña de lo habitual.
- Tiempo libre
- Decidirme a acabar la carrera (me he matriculado tras mil años sin dar palo)
- Volver a trabajar en una ONG
- Una gata
- Visitas de mis personas favoritas al «hotel Pablo»
- Me llevo nuevas personas
- Tardes de no hacer nada (pocas, pero viene bien tenerlas de vez en cuando)
- Tiempo para leer (novelas, nada de BOE, BOPA o proyectos)
- Desconectar para reconectar
Y algunas cosas más.
Con la misma alegría que me mudé, desde que terminé mi trabajo allí «me corría prisa» volver a Gijón. Me apetecía estar y sentirme en casa, en al de siempre (y no hablo de «casa» como edificio)
Así que aunque volveré por Llanes y ha sido un gran año, hoy ha tocado finalizar la aventura por el oriente. Y como ya he devuelto las llaves y escrito sobre ello, cierro círculo.
Un saludo desde casa ;O)
Pingback: #AnimaNómada pero ahora de vacaciones – El caso Pablo