Estoy leyendo un libro de Saul Alinsky, un escritor y sociólogo estadounidense, considerado como el fundador de la agrupación de organizadores de comunidad (community organizing), lo que para mi suena a animadores/as socioculturales. Pero del autor y su obra os hablaré en otro momento.
Dentro del libro hace apuntes sobre algunas definiciones, aquí os dejo una de mis favoritas…
Sentido del humor
Si abrimos de nuevo el Webster [diccionario], encontramos la siguiente definición del humor: «Es el poder que tiene el espíritu de descubrir, de expresar o de apreciar, en la ideas, las situaciones, los acontecimientos o las acciones, los elementos cómicos, extravagantes o grotescos», o también «un estado de ánimo inestable e indeterminado».
El organizador que busca con espíritu libre y abierto, que no conoce la certeza, que odia el dogma, encuentra, en la risa, no sólo una manera de mantener el buen ánimo sino también una llave para comprender la vida. En esencia, la vida es una tragedia y, lo contrario de la tragedia, es la comedia. Modificando algunas líneas de cualquier tragedia griega, se puede hacer una auténtica comedia, y viceversa. Sabiendo que las contradicciones jalonan el camino del progreso, el organizador las acecha. El sentido del humor le permite identificarlas y darles una significación.
Para un táctico, el humor es un elemento esencial para el éxitos porque las armas más poderosas del mundo son la sátira y el ridículo.
El sentido del humor le permite guardar una justa perspectiva de las cosas y de tomar la realidad como es, una mota de polvo que se consume en un segundo. El sentido del humor es incompatible con la aceptación de un catecismo o de cualquier otra fórmula de salvación, ya sea religiosa, política o económica. El sentido del humor se funde con la curiosidad y la imaginación en un todo homogéneo. El organizador tiene una identidad personal propia. Rechaza dejarse absorber o manejar por ningún reglamento u organización. Es ahora cuando empiezo a comprender lo que mi intuición me decía, hace veinte años, cuando escribí en Reveille for Radicals: «Para ser parte activa de todo aquello que hace, el organizador no debe ser parte activa de nada en concreto».
Fuente: Alinsky, S. Manual del animador social
[Éditions du Seuil, 1976]