Soy optimista pero también pragmático, así que haberme encontrado con esta idea me parece de lo mejor. Os la comparto
Mark Stevenson nos habla de algo muy interesante: “los 8 principios del optimismo pragmático”.
Tras estudiar miles de casos de personas que habían alcanzado metas significativas, estableció los 8 principios del optimismo pragmático haciéndose la pregunta «¿cómo consiguen algunas personas hacer cosas buenas en un mundo en constante cambio?».
Pudo comprobar que había un patrón que se repetía y de ese modo estableció las siguientes máximas:
- Tenemos que estar preparados para soñar con el futuro.
- Todas las personas que consiguen hacer cosas buenas y significativas están comprometidas con un proyecto que va más allá de ellas mismas.
- Hay que abrirse a la evidencia y basarse en los hechos objetivos. Esto se refiere a que debemos adoptar una forma de pensamiento más científica.
- Las ideas debemos compartirlas en lugar de protegerlas. Cuando las ideas se comparten se confiere poder a las personas en lugar de ejercerlo sobre ellas.
- No pasa nada si nos equivocamos. ¡Lo realmente grave e irresponsable es no intentarlo! Para los optimistas pragmáticos el error forma parte del camino. De hecho lo consideran una de las mejores estrategias para poder avanzar. Para otros el error es catastrófico y esta forma de pensar les hace vivir estancados. El empresario estadounidense graduado en informática y filosofía Seth Godin afirma que «la mejor manera de empezar a avanzar es tomar el camino equivocado».
- Somos lo que hacemos, y no lo que tenemos intención de hacer. Somos lo que hacemos y lo que sentimos, no lo que imaginamos. Haz un pequeño ejercicio de introspección y piensa cómo sueles actuar y sentirte últimamente, eso te dará una pista muy importante sobre el tipo de persona que eres.
- Trata de evitar un pensamiento cínico. El cinismo refleja una falta de ambición por mejorar las cosas y demuestra una creencia imperante de que no se puede o no vale la pena cambiar nada. Es la excusa perfecta para dar paso a la pereza y al estancamiento personal, ya que si pensamos que no podemos cambiar nada… ¿para qué vamos a intentarlo?
- Cuando te embarques en un proyecto importante, plantéatelo como un torneo muy largo. Es fundamental saber prolongar la recompensa en el tiempo. Además deberás tener presente que es posible que pierdas nueve batallas de cada diez. Pero si eres persistente y no desistes acabarás saboreando las mieles del éxito.
Fuente: Mark Stevenson en el programa Redes.
Aquí os lo dejo