Hoy os quiero hablar del colmo de la Animación Sociocultural, pero antes de deciros cual es quiero dejaros (de nuevo) los orígenes de la misma.
Orígenes de la Animación Sociocultural
Para autores como Delorme la Animación Sociocultural ha existido siempre vinculando sus orígenes al momento en que las personas se agrupan, y comienzan a buscar estrategias para organizarse grupalmente y facilitar procesos individuales. Sin embargo, es en Francia donde se identifica por primera vez el término “animación”.
Fue en 1950 registrada en una reunión de la UNESCO en Mondsee (Austria). Pero no es hasta 1965 cuando se registra la expresión “animation sucioculturelle” y “animateur” que en aquel momento eran muy frecuentes en debates culturales. Por lo que podemos reconocer como es en el contexto francófono donde se empieza a conceptualizar la animación sociocultural.
Por otra parte, en su origen más próximo están los movimientos de Educación Popular y de Educación de Adultos, como los Ateneos y Universidades Populares, los principios de la Escuela Nueva, de la que recoge sus propuestas metodológicas la Animación Sociocultural. Estos movimientos cobran fuerza tras la II Guerra Mundial, apoyados por partidos políticos, agentes sociales, iglesias, el movimiento laico y el «scout» en el campo de la juventud, con un marcado sentido revitalizador y de reconstrucción social y cultural. A partir de la mitad del siglo XX, comienzan a surgir grandes asociaciones y federaciones de carácter nacional e internacional tendentes a potenciar objetivos, metodologías y técnicas que se han considerado propias de la Animación.
En España los movimientos de Animación Sociocultural son históricamente hablando, bastante recientes. Las Misiones Pedagógicas a principios del siglo XX con el espíritu de la Educación Popular y los movimientos de renovación pedagógica son la antesala de la Animación Sociocultural.
Entre finales del s. XIX y s. XX hasta la guerra civil, que trunca muchas de estas aspiraciones, se dan iniciativas como las Colonias de Vacaciones, las Casas del Pueblo, los Ateneos, la Escuela Moderna de Ferrer y Guàrdia, las Universidades Populares y la inspiración de la Institución Libre de Enseñanza.
El colmo
Ahora si, vamos a por el colmo. Aunque ha nacido con un claro carácter transformador y con vocación de servicio a la comunidad, hoy en día en muchos ámbitos se pervierte la ASC, confundiendo herramientas con fines, actividades con objetivos, centrándose más en el «qué» que en el «cómo», perdiendo la perspectiva transformadora, reivindicativa…
Aunque hay buena formación y estudios sobre el tema, parece que si te pones un tutú, y sabes hacer globoflexia ya eres animador/a. Y no digo que no, hay muchas personas dedicadas a la ASC, que la practican sin tener el papelín (título), pero tiene que haber un objetivo, una formación (la que sea)
Supongo que como casi todos los estudios se busca la rentabilidad económica, y organizar una actividad de pago, sale más rentable, que hacer trabajo comunitario.
Así que el colmo no es otro que lo llamemos Animación Sociocultural, y realmente sea Alienación Sociocultural.
La animación de la vida social y cultural es tan vieja como la humanidad
A. Del Valle, 1972