Vale que los medios de comunicación están para enterarnos de qué pasa. Y por supuesto que se cuenta lo que se quiera contar, según el interés de quien promocione o gobierne en medios públicos o privado (por cierto, que grande Rosa María Mateo)
Aunque no quiero escribir sobre medios de comunicación. Si no de las personas consumidoras. He ido observando y escuchando cómo reacciona la gente a diferentes noticias y parece que acaban de descubrir el mundo.
Quizá sea ese el fallo.
Hay gente que se sorprende de gente desahuciada en la calle, de las mujeres muertas por violencia de género, casos de adicciones de menores, problemas de personas inmigrantes en España… y podría seguir con muchos ejemplos más.
Entiendo que se escandalicen, a mi personalmente esas situaciones me parecen indignantes, pero es que hay tantas, que bufff.
Vale que cada persona tenemos nuestra realidad, pero me sorprende mucho que algunas de estas cosas pasen desapercibidas y que si no las sacan en prensa con un jugoso titular parece que no existen. Los caso que se publican son llamativos pero ¿y todo lo que no nos llega?
Hace años hablé con una pareja que tiene un estanco en mi barrio, y durante mucho tiempo echaban una mano la gente joven del mismo, se les conocía como «barrio bajo»; Sin ser asociación, ni nada, y sin ser profesionales (como he dicho, tenían su negocio) pero como me decían ellos «vivían el barrio y en el barrio». Echaban una mano cómo podían, por solidaridad, simple y llana. Me parece una forma preciosa de ver y afrontar la vida.

Puede que debamos enfocarnos en esto, en «vivir el mundo y en el mundo» para preocuparnos de que pasa a nuestro lado, aportar, si podemos, y contribuir a ello, con pequeñas acciones.
Quizá no sería titular, pero anda que no mejoraría la cosa.
Y con esta reflexión y esta entrada, cierro el mes en el blog, y hago un parón por vacaciones. Ya cuento las horas que me quedan…
Toca despejar, viajar, beber, hablar, escuchar y desconectar ;O)