Para María Salas y Paloma López Ceballos autoras del libro Formación de animadores y dinámicas de la animación (Editorial Popular, 1987), en el ámbito de los conocimientos (el saber), un animador@ debe aprender, como los periodistas, a ser especialista en cuestiones generales, es decir, saber manejar la información y recurrir al especialista cada vez que sea necesario.
En este sentido un animador@ debe adquirir:
- Ciertos conocimientos de sociología, para entender los dinamismos sociales que actúan en el mundo en que vive.
- Ciertos conocimientos de antropología para moverse en el ámbito de lo cultural.
- De historia, para saber de dónde viene y que herencia histórica está pesando sobre él y la comunidad de la que se ocupa.
- De psicología personal y grupal que le ayuden a racionalizar sus experiencias de relación interpersonal y los fenómenos que observa en los grupos.
- Conocimientos de leyes económicas y de los condicionamientos que influyen y a veces determinan las decisiones sociales.
- Ciertos conocimientos de la pedagogía en que se basan los métodos de la animación, sus posibilidades y sus limitaciones.
- Algunas técnicas de organización, administración y gestión.
- Cierta información sobre política cultural y de legislación que afecte a su trabajo profesional.
- Sobre centros, y fuentes de información, etc.
Además necesita saber hacer bastantes tareas determinadas:
- Elaborar un proyecto, cubriendo todas sus fases desde el descubrimiento y la definición del problema hasta establecer el presupuesto adecuado.
- Llevar a cabo el proyecto elaborado con las colaboraciones previstas, en el tiempo determinado y con los medios asignados.
- Constituir un grupo y hacerlo funcionar de forma positiva.
- Dirigir una reunión, distinguiendo los momentos de debate de los momentos de toma de decisión, utilizando los métodos adecuados en cada caso.
- Redactar un informe o una memoria.
- Evaluar un proyecto.
- Situar acciones puntuales en la dinámica de un proyecto de desarrollo integral.
Pingback: Formación en Animación Sociocultural – El caso Pablo