Siempre me ha chirriado cuando alguien utiliza como argumento el «nunca pasa nada…» (también me revienta el «esto siempre se hizo así» pero de eso no vengo hablar, aunque os recomiendo leer este artículo) y es que no es una garantía que nunca que haya pasado y es necesario preveer que no pase, NUNCA.
Por centrar bola. Estas últimas semanas he leído varias noticias, relacionadas con el ámbito del tiempo libre educativo, que hacen que me revuelva:
- La primera, la sentencia de la directora y una monitora de un Granja Escuela dónde falleció un menor en 2017.
- La segunda, un condenado por delitos sexuales que ejerce como monitor dónde hay menores, donde además la asociación que lo sabía había decidido no apartarlo ya que no se quedaba solo con los y las menores (¿perdona?). Al final de la mañana se publicó otra noticia en la que decían que ya lo habían apartado.
En estas noticias muestran tantas irregularidades que meten miedo y mala hostia. No voy a entrar a valorarlo desde el punto de vista legal (del que tengo idea justita) que para eso están las leyes y RD que lo regulan (Certificado de Delitos de Naturaleza Sexual / Actividades juveniles de aire libre en el Principado de Asturias / Responsabilidad civil y penal del Monitor/a de tiempo libre)
Imagen de congerdesign en Pixabay
Si que voy a valorarlo como profesional del ámbito.
Ya son bastantes años ejerciendo de monitor, coordinador, animador… y que ocurran cosas así me da puto asco. Somos muchas personas que luchamos por hacer nuestra labor de la mejor manera posible, con coherencia, con ganas y velando por la seguridad de las personas (con quienes trabajamos y la nuestra propia) y es que eso tenemos que tener en cuenta: TRABAJAMOS CON PERSONAS, no con ladrillos. Por lo que si nos «rompe» alguien, cuesta mucho más que un ladrillo.
Con ambas noticias siento indignación: No cumplir ratios, medidas de seguridad, como no estaba cerca de menores o solo con ellos y ellas… pero vamos a ver, ¿en que puta cabeza cabe? Para mi en una que no piensa realmente en las personas a las que se dirige su acción o actividad. Uno de los casos era una empresa que gestionaba un equipamiento y en otro una asociación que utilizaba un espacio municipal. Dos actividades de manera distinta pero que han desarrollado su actividad de manera irregular.
Uno de los casos acabó de la peor manera posible, con un menor muerto. El otro, pues el tipo venía con una condena ya y por ahí sigue. Por lo que voy a lo que más me indigna de todo esto: ¿Quién consiente que esto pase?
¿Esta entidad va a seguir desarrollando su actividad sin más?, ¿Quién hostias dentro de la asociación valoró / autorizó que mientas no estuviese solo con menores podría estar? Es genial que se le haya apartado pero en serio no vamos a evaluar POR QUÉ HA PASADO ESTO y cómo prevenir que vuelva a ocurrir. Quizás haya que tener bien repasado el ideario de la entidad (si es que lo hay)
Es muy frustrante pensar en estas situaciones e incluso escribir sobre ellas, porque me cabreo y se me agolpan las palabras, las ideas y los insultos.
La idea de esta entrada es que reflexionemos sobre las cosas que damos por hecho o que nos parecen «pijadas» o excesivas porque «nunca pasa nada» y la triste realidad es que ocurren cosas y no podemos solo pensar en ellas «hasta que pasa»