Para mi, la acción formativa por excelencia (Curso de Monitor/a de Tiempo Libre)

Ya he perdido la cuenta de las sesiones o cursos de Monitor/a de tiempo libre que he impartido. Y lo considero la acción formativa o curso por excelencia. No porque vaya a resolverte la vida (laboralmente hablando) pero es la «puerta de entrada» a la educación no formal.

Bien impartido, es una base buenísima para entender que se puede educar de una manera diferente, que podemos separar educar de transmitir contenidos, una oportunidad de conocerse mejor (educamos y animamos desde lo que somos)

Como soy tan fan de este curso, cuando me tocó hacer un trabajo de la universidad sobre didáctica, no se me ocurrió mejor materia. Así que para aprovecharlo un poco más, os dejo el resumen de lo que creo que supone el curso de monitor/a de tiempo libre, en el que trato los siguientes puntos:

  • Competencias a alcanzar
  • Objetivos didácticos
  • Saberes disciplinares
  • Contenidos
  • Metodología
  • Tareas

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Competencias a alcanzar

Un curso de monitor/a de tiempo libre deber ser una formación que capacita a los y las participantes para desempeñar tareas de animación y organización de actividades en el tiempo libre, especialmente dirigido a infancia y juventud. Algunas de las competencias que se pueden adquirir en este tipo de cursos son:

  • Planificación y organización: capacidad para diseñar y programar actividades de ocio y tiempo libre para diferentes edades y perfiles de participantes.
  • Comunicación: habilidades para comunicarse de forma efectiva y asertiva, tanto con los y las participantes como con otros monitores/as, colaboradores y en general.
  • Liderazgo: capacidad para guiar y motivar a los y las participantes, fomentando su autonomía y responsabilidad en las actividades.
  • Resolución de problemas: habilidades para afrontar situaciones imprevistas o conflictivas durante el desarrollo de las actividades, buscando soluciones creativas y adaptativas.
  • Trabajo en equipo: capacidad para colaborar y coordinar con otros monitor/aes, profesionales y entidades implicadas en la organización de actividades de tiempo libre.
  • Conocimiento de la normativa: familiarización con la legislación y normativa en materia de tiempo libre y protección de menores, así como la seguridad y prevención de riesgos en actividades al aire libre.
  • Habilidades sociales y emocionales: capacidad para establecer relaciones de confianza y empatía con los y las participantes, promoviendo el respeto, la inclusión y la diversidad.
  • Creatividad e innovación: habilidades para desarrollar y adaptar propuestas de actividades innovadoras y creativas que fomenten el desarrollo integral de los y las participantes.

Los objetivos didácticos:

  • Adquirir conocimientos teóricos y prácticos en el campo de la animación y organización de actividades de tiempo libre.
  • Desarrollar habilidades de liderazgo, comunicación, trabajo en equipo y resolución de problemas.
  • Fomentar el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, como la empatía, el respeto y la inclusión.
  • Aprender a planificar y programar actividades de tiempo libre adaptadas a diferentes edades y perfiles de participantes.
  • Conocer la normativa y legislación aplicable en el ámbito del tiempo libre y la protección de menores.
  • Desarrollar la capacidad de promover y fomentar la participación activa y responsable de los y las participantes en las actividades.
  • Adquirir habilidades para la gestión y prevención de riesgos en actividades al aire libre.
  • Aprender a utilizar recursos y materiales disponibles para la organización de actividades de tiempo libre.
  • Promover la creatividad e innovación en el diseño y desarrollo de actividades de tiempo libre.

Los saberes disciplinares en la educación de tiempo libre se refieren a los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para desempeñar la labor propia de este perfil.

Estos serían:

  • Fundamentos teóricos de la animación y organización de actividades de tiempo libre, como la pedagogía del ocio y la recreación, teorías del aprendizaje, etc.
  • Conocimiento de la normativa y legislación aplicable en el ámbito del tiempo libre y la protección de menores, así como las técnicas y estrategias de prevención de riesgos y emergencias.
  • Planificación y programación de actividades de tiempo libre, incluyendo el diseño de objetivos, metodologías y recursos didácticos adaptados a diferentes edades y perfiles de participantes.
  • Animación y dinamización de grupos, fomentando la participación activa y responsable de los y las participantes y desarrollando habilidades sociales y emocionales.
  • Gestión de recursos y materiales para la organización de actividades de tiempo libre, así como la selección y adaptación de los mismos a las necesidades y características de los y las participantes.
  • Desarrollo de actividades al aire libre y deportes, con conocimiento de las técnicas y estrategias de prevención y gestión de riesgos asociados.
  • Creatividad e innovación en el diseño y desarrollo de actividades de tiempo libre, fomentando la participación activa y el aprendizaje significativo de los y las participantes.

Los contenidos que se impartirían serían:

  1. Introducción al tiempo libre y la animación sociocultural: conceptos básicos, funciones y objetivos de la animación sociocultural y el tiempo libre.
  2. Marco legal y normativo en el ámbito del tiempo libre: leyes, decretos y normativas específicas aplicables en cada comunidad autónoma.
  3. Pedagogía del ocio: teorías y modelos de aprendizaje en el tiempo libre, estrategias didácticas y metodologías para la planificación y desarrollo de actividades.
  4. Desarrollo psicosocial en el tiempo libre: características de las diferentes etapas del desarrollo, necesidades y demandas de los diferentes grupos de edad, aspectos emocionales y afectivos, etc.
  5. Diseño y planificación de actividades de tiempo libre: objetivos, metodologías, recursos, evaluación y seguimiento de las actividades.
  6. Técnicas y recursos para la animación y dinamización de grupos: dinámicas de grupo, juegos cooperativos, actividades de interculturalidad, etc.
  7. Actividades al aire libre y deportes: tipos de actividades, técnicas de prevención y gestión de riesgos, materiales y recursos específicos, etc.
  8. Creatividad e innovación en la animación sociocultural: técnicas y estrategias para la generación de ideas, diseño de actividades y materiales creativos.
  9. Prevención de riesgos y emergencias en el tiempo libre: identificación y gestión de riesgos, protocolos de actuación en situaciones de emergencia, etc.
  10. Ética y responsabilidad en la animación sociocultural: valores, actitudes y comportamientos responsables y éticos en la práctica profesional de la animación sociocultural y el tiempo libre.

 

Metodología

Será una metodología participativa y activa, centrada en el aprendizaje práctico y experiencial, que permita al grupo desarrollar sus habilidades y competencias para la organización y animación de actividades de tiempo libre.

Algunas de las técnicas y estrategias metodológicas que se podrían utilizar en un curso de monitor/a de tiempo libre incluyen:

  • Talleres y dinámicas de grupo: actividades prácticas que permiten a los y las participantes desarrollar habilidades sociales y emocionales, fomentar la comunicación y la creatividad, y trabajar en equipo.
  • Juegos y actividades lúdicas: actividades que permiten a los y las participantes experimentar en primera persona las técnicas y estrategias de animación y dinamización de grupos, así como desarrollar habilidades físicas y psicológicas.
  • Trabajo en equipo y colaborativo: actividades que permiten a los y las participantes trabajar en grupos y aprender a colaborar y cooperar con otros, fomentando la participación activa y la creatividad.
  • Sesiones teóricas: presentaciones y exposiciones teóricas que permiten a los y las participantes adquirir conocimientos y conceptos fundamentales en el ámbito del tiempo libre y la animación sociocultural.
  • Prácticas y simulaciones: actividades prácticas en las que los y las participantes pueden aplicar los conocimientos y habilidades adquiridos en situaciones reales o simuladas, permitiendo una evaluación y feedback inmediatos.
  • Aprendizaje basado en proyectos: actividades y proyectos que permiten a los y las participantes desarrollar habilidades de planificación, organización, diseño y evaluación de actividades de tiempo libre, fomentando la creatividad y la innovación.

Tareas

El alumnado, debe ser capaz de realizar las siguientes:

  • Planificación y diseño de una actividad de tiempo libre: los y las participantes pueden trabajar en grupos para planificar y diseñar una actividad de tiempo libre, definiendo los objetivos, metodología, recursos y evaluación de la actividad.
  • Implementación y evaluación de una actividad de tiempo libre: los y las participantes pueden llevar a cabo una actividad de tiempo libre diseñada previamente, aplicando las técnicas y estrategias aprendidas en el curso, y evaluando posteriormente la actividad realizada.
  • Elaboración de un proyecto: los y las participantes pueden trabajar en grupos para elaborar un proyecto de animación sociocultural, definiendo objetivos, recursos, metodología y evaluación del proyecto.
  • Simulaciones y role-playing: los y las participantes pueden realizar simulaciones y role-playing en los que se enfrenten a situaciones de emergencia o conflictos en la organización de actividades de tiempo libre, aplicando las técnicas y estrategias aprendidas en el curso.
  • Investigación y análisis de casos prácticos: los y las participantes pueden trabajar en grupos para investigar y analizar casos prácticos de animación sociocultural y organización de actividades de tiempo libre, aplicando los conocimientos y habilidades aprendidas en el curso.
  • Presentaciones y exposiciones: los y las participantes pueden realizar presentaciones y exposiciones sobre temas específicos relacionados con la animación sociocultural y el tiempo libre, permitiendo una retroalimentación y discusión en grupo.
  • Participación en actividades de tiempo libre: los y las participantes pueden participar en actividades de tiempo libre organizadas por el centro de formación o por otras entidades, permitiéndoles experimentar en primera persona las técnicas y estrategias de animación sociocultural.

Entre profesional y usuario

La semana previa a los exámenes (eterno, cada vez menos, estudiante de Educación Social) siempre me da por ocuparme en un montón de cosas (como si tuviera poco con el curro) antes que ponerme a estudiar… hay cosas que no cambian ;O)

En esta convocatoria sigo igual, cuando me he puesto a mirar cosas para publicar me ha dado por pensar en algo que me favorece de cara a trabajar con personas, por resumirlo he acabado como profesional, pero bien pude ser usuario (bueno y seguro que todavía podría serlo). Esto me llevó a recordar un trabajo que se me pidió hacer para la asignatura de Prácticas Profesionales II, un análisis experiencial y de competencias vinculado al grado.

Aquí os comparto, solo la parte del análisis experiencial, justo después de una foto mía esperando en el barrio que me vio crecer.

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Soy animador sociocultural, de profesión y de vocación. Creo además que me convertido en ello, por ese orden, primero por estudios y luego por convicción. Antes de entrar en detalle, algo de contexto.

Tengo 37 años, nací en el seno de una familia obrera muy vinculada a la industria asturiana. Mi familia proviene del sector minero y naval por lo que la conciencia de clase, la implicación por el entorno, la preocupación por el empleo (y el sueldo) ha sido algo que ha marcado mi vida. En mi familia darse de alta en el Servicio Público de Empleo (o como se dice coloquialmente “el paro”) a los 16 y sacarse el carnet de conducir a los 18 eran de los pocos objetivos que tenía claros en mi vida. El primero para conseguir un empleo (algo que siempre ha preocupado en casa) el segundo para tener autonomía y libertad, algo que viene muy bien para trabajar. Supongo que cuando no sabes si vas a cobrar el mes que viene, como tantas veces ha ocurrido en mi familia, te vuelves un poco monotemático.

Desde los 3 hasta los 16 años estudié en un colegio concertado, algo que ha marcado mi carácter bastante, sobre todo cuando lo comparé con la educación pública, a la que defiendo por encima de todo. Entré en ella en primero de bachiller, en el instituto de mi barrio, para cursar la modalidad de humanidades. No tenía ningún objetivo más allá que “seguir estudiando” y tenía claro que las matemáticas y las ciencias no eran lo mío. Una decisión acertada. El cambió a este centro educativo vino acompañado de una libertad inmensa acompañada de la revolución hormonal de los 16 años. La combinación perfecta para ir más bien poco a clase y acabar repitiendo curso. Por la estúpida creencia de pensar que repetir es de “pringaos” llegué a plantearme dejar el bachiller y cursar un ciclo formativo de grado medio en “equipos electrónicos y de consumo”; idea que por suerte entre amistades y familias me quitaron de la cabeza. Lo que se empieza se acaba. Esta estupidez adolescente, hizo que se me pasara el plazo para volver a matricularme para repetir en el mismo instituto, así que tuve que preguntar en Consejería de Educación como podía enmendarlo. Me pidieron que escribiera una instancia en el que alegara que quería solicitar un plaza en período extraordinario, y por suerte la conseguí, en el otro instituto del barrio, el que peor fama tenía. Rumores. En este instituto fue dónde cursé realmente el bachiller. Si bien es cierto que entre mi segunda vez y primero y segundo de bachiller, asumí un empleo porque hacía falta dinero en casa, y me planteé aplazar volver a estudiar. Por suerte, el trabajo era de utillero para un equipo de baloncesto y mi poco amor por el deporte junto con recoger camisetas sudadas y rellenar neveras de agua, hicieron que acabar el segundo curso de bachiller era mejor.

Cursé segundo de manera bastante óptima, llegando a graduarme en mayo y aquí vino mi segundo momento de estupidez adolescente, esta vez motivada por no saber qué quería hacer. No sabia que estudiar si decidía hacer una carrera, de pequeño había dicho que quería ser maestro, pero creo que solo lo decía porque era la profesión que más había visto en mi vida. También tuve una época que dije que quería ser abogado, me gustan las series y películas policiacas y defender las causas imposibles parecía buena idea, pero no en serio. Tampoco tenía claro si mi familia hubiera podido pagar la carrera que yo escogiese. Así que con esa idea decidí que haría formación profesional de grado superior, para algo había sacado el bachiller, y como iba hacer eso, para qué iba a presentarme a la PAU (ya tengo una edad. Hoy en día sería la EBAU). Una tontería, no hubiera costado hacerla. En esta ocasión no escuché ni a mi tutor, amistades ni familia (recuerdo colgar malhumorado a mi hermano por teléfono cuando intentaba hacerme entrar en razón)

Llegó el momento de decidir qué ciclo formativo escoger, y me decanté por dos opciones. La primera era “imagen y sonido” en la ciudad vecina, Oviedo y la otra era “animación sociocultural” en mi ciudad, Gijón. Con mis antecedentes yendo poco a clase y que, para ir a Oviedo, tenía que coger el tren desde el apeadero de mi barrio, que estaba a unas 5 cafeterías de mi portal, pensé que quedarse en Gijón era una mejor opción. Además, animación sociocultural sonaba bien y además podría aportar algo a la asociación que junto con mi hermano había colaborado a fundar, Mar De Niebla. Mi hermano me había escogido para formar parte porque era joven, no por mi trayectoria (nula hasta aquel momento) ni por mi interés. Mi cometido solo era representar a la entidad en el consejo de la juventud. Entiéndase por representar, como ir a decir lo que se pactaba en la asociación previamente.

Así que decidido, me matriculé en animación sociocultural. La mejor decisión de mi vida. Aunque a años vista la formación que recibí no fue la mejor, si que adentrarme en el mundo de “lo social” me abrió un montón de posibilidades. Empecé a poner nombre a ideas que ya tenía, encontré un ámbito en el que me apetecía trabajar y quería probar con todos los proyectos, colectivos y entidades o empresas que se me pusieran por delante. Y así lo hice. Pluriemplearme y decir que, si a todas las propuestas que me hacían, han hecho de mi un animador todoterreno con una experiencia laboral muy prolífica. Por eso, como decía antes primero vinieron los estudios y luego la vocación. He tenido la suerte de no saber lo que es sellar la demanda de empleo por nunca he estado más de dos meses en situación de desempleo.

Supongo que ser un chaval (ahora paisano) de barrio obrero, con posibilidad de ser profesional o usuario, pendiendo de un hilo de haber abandonado los estudios, haberme asociado y tener esa preocupación o necesidad por el empleo, además de dar contexto a mi introducción me relaciona bastante con el área social que promueve el grado (Educación Social).


Supongo que este es el aprendizaje que me llevo para trabajar con personas, entender que esa linea que nos diferencia es muy muy fina. Que tengo la suerte de estar en el lado profesional, pero no dejo de ser «usuario» en otras muchas facetas de mi vida.

Vamos, al final, toda esta chapa para llegar al punto, de trata bien a las personas.

¿Qué hacemos cuando decimos que intervenimos?

Ya había hablado de intervención en otra entrada. En ella contaba algunas definiciones del concepto y los objetivos que tiene.

Le he releído hace poco para una formación que he impartido sobre intervención socioeducativa, y me ha apetecido completarla un poco ya que siempre que releo cosas que he compartido o bibliografía no puedo evitar hacerme preguntas (¿realmente esto pasa? ¿funciona? ¿lo definiría así?…) no porque cuestione lo que se teoriza (bueno en ocasiones, si) si no por buscar la mejor manera de contarlo.

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Dado el contenido de el taller que iba a impartir, la pregunta que más me repetía es la que da título a la entrada «¿Qué hacemos cuando decimos que intervenimos?»

La respuesta corta:

Cuando intervenimos, causamos impacto en las personas.

La respuesta algo matizada:

  • Movemos a la acción (generamos aprendizaje)
  • Ayudamos a las personas a desarrollar todas sus capacidades
  • Potenciamos el desarrollo de la personalidad de cada individuo.
  • Procuramos una adecuación y adaptación de la persona al espacio
  • Provocamos el proceso educativo
  • Dirigimos regulamos la actividad del educando.

Cabe mencionar que la respuesta matizada, está sacada de otra entrada que revisé para la formación. Una que habla del principio de educabilidad.

Lo que quería transmitir en la formación era la intencionalidad educativa que tienen (y deben tener) nuestras intervenciones con personas, que no confundamos el medio con el fin o la actividad con el objetivo. Que el papel y la teoría lo sostiene todo, pero en la práctica delante de las personas con las que trabajamos, tenemos que tenerlo más claro aún.

Ya he comentado otras veces que rehúyo mucho de lo académico, no porque no entienda el valor que tiene, pero si porque no me gustan los dogmas, que es en lo que suelen convertirse las teorías. Y quizá mi aversión no sea con las teorías si no con las personas que no las cuestionan o reflexionan sobre ellas.

No, quizá no, seguro que me repatea esa falta de pensamiento crítico ;O)